19 de mayo de 2013

las luces de las ciudades, 
los días locos, 
las noches con lagunas 
en la memoria,
elevar al infinito 
el sentimiento 
sin darnos cuenta,
el riesgo a un no.

¿te acordarás de mí cuando ya no esté?

18 de mayo de 2013

todas las canciones tienen su final, incluso existen algunas que no duran más de dos minutos. 
pero eso no significa que no podamos disfrutar de sus letras.

16 de mayo de 2013

cuanto más me acercaba, más se iba alejando.

11 de mayo de 2013

hay palabras del sur que reconfortan mi norte. me revuelven las tripas por dentro y la sonrisa por fuera. y después llegan voces que se elevan por encima del hombro y que se alborotan y alteran.


el corazón puede estar de muchas formas
y hoy está triste a mi manera.
puede que aún me surja la necesidad imperiosa de saber de ti. y aunque rehuyo de mis ganas siempre acabo acostándome con ellas, una noche más. se amontonan debajo de mi cara, entre el hueco que deja la almohada y mi oreja, y susurran y chismorrean tan bajo que no consigo oírles. y luego me levanto y hago como si todo siguiera igual que el día antes. y de pronto llegas tú, y me cambia el semblante de un minuto a otro, y me desordenas las ideas con las sábanas y te deshaces de la manta de invierno, aparecen abrazos que salen de dentro y notas de colores que llegan por sorpresa, sin avisar, pero con un sabor de la infancia de no sé qué que no sé yo. y surge un dar las gracias con intuiciones pretenciosas y con más de un motivo, y también un "¿qué pasaría si...?" que no se consigue acabar porque las cosas sin finales siempre han terminado mejor. unas carcajadas más allá de dos sonrisas y una lluvia que interrumpe la noche, 
para bebernos las vidas.

3 de mayo de 2013



es cierto que bebimos algo más de la cuenta, y hablamos demasiado. pasábamos de un tema serio a otro que servía de transición entre mi boca y sus labios. pero al día siguiente parecía como si llevásemos siglos conociéndonos. me estampaba besos a quemarropa y yo no hacía otra cosa que reírme. a veces es importante no hablar de aquello importante. me costó unos días darme cuenta de que no hacía falta hacerlo. y mientras tanto nos recorríamos toda la ciudad, con historias colgadas en la espalda y juegos de preguntas sin respuestas.
y fue ahí cuando todo se volvió infinito y relajado. 

y es que la mejor sensanción es
tener la sensación
de estar vivas
entre los dedos.