30 de julio de 2013

tomarse momentos de la vida como obligaciones cuando siempre han sido un disfrute. que se gire el pensamiento hacia el camino equivocado. dejarse caer cuesta bajo hacia ninguna parte. escapar furtivamente de cualquier situación que comprometa algo más que un simple diálogo. tener prisa por llegar a ningún sitio, porque no se sabe a dónde dirigirse. las ganas de nada y las canciones que se evitan. llevar el control del volante de un coche con la rueda izquierda pinchada haciendo un constante esfuerzo por continuar todo recto. el puto corazón que siempre nos desvincula, nos arrastra, nos lleva y nos trae sin consideración. las esquinas rotas por dentro convertidas en astillas. una infinidad de hojas de otoño sobrevolando el cielo en pleno verano. 
y me costó trabajo entender todo lo relacionado con las relaciones. y he necesitado horas de escucha con infinidad de gente y de mentes diversas. y hoy se ha añadido otra más a mi lista de personas amarillas. 


el equilibrio, os juro que la clave es el puto equilibrio.

28 de julio de 2013

hoy me han propuesto escribir una carta a un desconocido de algún lugar del mundo y en el idioma que se me antoje. y he pensado que podría hablarle de ti y de mí. de las tormentas de verano. del frío del invierno. de los viajes inacabados y de las expectativas envasadas al vacío. podría contarle todos los recuerdos que aún quedan por llegar, los de futuro. los de tú y yo por las calles de cualquier ciudad con margen de tiempo para que todas las heridas se conviertan en cicatrices.

17 de julio de 2013

yo pensaba que me conocía al dedillo, como conozco mi dni o la calle en la que vivo. hasta que un día, del atardecer al amanecer, me sorprendí. ¿sabes lo difícil que es eso? lo complicado que es sorprenderse a una misma en silencio y poquito a poco, haciéndose hueco en las mañanas y las noches.
aún no me he dado cuenta de lo valiente que estoy siendo, pero por ahora no conozco a nadie más valiente que yo.

porque a veces la ayuda viene en forma de personas
y, justo cuando menos crees necesitarla,
es cuando más falta te hace.