30 de julio de 2013

tomarse momentos de la vida como obligaciones cuando siempre han sido un disfrute. que se gire el pensamiento hacia el camino equivocado. dejarse caer cuesta bajo hacia ninguna parte. escapar furtivamente de cualquier situación que comprometa algo más que un simple diálogo. tener prisa por llegar a ningún sitio, porque no se sabe a dónde dirigirse. las ganas de nada y las canciones que se evitan. llevar el control del volante de un coche con la rueda izquierda pinchada haciendo un constante esfuerzo por continuar todo recto. el puto corazón que siempre nos desvincula, nos arrastra, nos lleva y nos trae sin consideración. las esquinas rotas por dentro convertidas en astillas. una infinidad de hojas de otoño sobrevolando el cielo en pleno verano. 
y me costó trabajo entender todo lo relacionado con las relaciones. y he necesitado horas de escucha con infinidad de gente y de mentes diversas. y hoy se ha añadido otra más a mi lista de personas amarillas. 


el equilibrio, os juro que la clave es el puto equilibrio.

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