11 de diciembre de 2011

las mentiras siempre se me han dado fatal. no podría aguantarte la mirada más de cinco segundos seguidos. al final me harás confesarlo y no quiero hacerte daño, de verdad que no quiero.
no quiero decirte que odio besarte la nariz cuando la tienes congelada, que detesto el contraste de temperatura entre tu mano y mi barriga, que estoy cansada del juego aquel de inventarnos un nuevo sentido porque ya el gusto y el tacto lo tenemos dominado, que me aburro en los atardeceres donde aparece un avión dibujando tu nombre en el aire.

y deja de mirarme así si ya sabes que estoy mintiendo.

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