28 de junio de 2015

a cuarenta grados.

yo no sé si dormir con camisetas enormes
de mangas largas
y sudaderas encima de ellas
que esconden más de una vigilia
en un verano a cuarenta grados por la noche
en una terraza tirada al vacío
implique el fin de una vida 
o el inicio de un duelo.

y mira,
prefiero no saberlo.

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