16 de febrero de 2015

si no eres lo que cuento.

si leyeras mis ideas podrías pensar que soy la chica más sentimental que existe. 
pero olvídalo, 
acaba de pasar todo el silencio por el salón de la casa y se ha llevado consigo la conversación. 
y ahora escapo al piso que está de paso y a los atardeceres que he no visto. extiende su mirada a la altura de mis hombros, y alarga el brazo sobre mí, debajo de mí. y se hace chimenea.
manta. 
sofá.
su cintura que atraviesa sin ruido el colchón recién usado. las sábanas que la despiertan a las tres de la mañana a gritos y le anudan el sueño y la garganta al compromiso. la vida que se evidencia imprescindible cuando encajan sus huesos en el surco de mi clavícula. y luego todas las canciones me hablan de cuando te giras en el coche al despedirte y lanzas un beso contra el cristal, como quien se despide en el andén de un tren que está a punto de marcharse, sujetando la puerta para que no se cierre. yo me doy la vuelta y meto la mano en el bolsillo en busca de las llaves. ella deja sus maletas en el primer compartimento y se desploma sobre el asiento correspondiente, abriendo un libro con nombre cursi. 


aunque no quieras aparecer por aquí
aunque a veces no seas tú lo que cuente
léeme siempre.

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