27 de enero de 2014

una vez le dijeron a lola que por su forma de ser sufriría mucho, y que debía cambiar. y no se equivocaron. lola necesitaba a alguien que le agarrase por la espalda y le sujetase con fuerza por los hombros. que le sacase de la cama evitando que apagara el despertador para dejar que la vida continuase sin ella. alguien que impidiese que se consumiera rompiendo la espiral que ya todos sabemos cómo acaba. pues es extraño porque apenas se conocían; cruzaron tres palabras al oído, se regalaron horas de confidencias y nunca se vieron las caras, ni el cuerpo. y sin embargo, lola estaba realmente triste, y la impotencia no le dejaba ver más allá de sus tatuajes. se sintió vulnerable y pequeñita. así que optó por aceptar que en ocasiones el miedo puede más que la ilusión por conocer. y tuvo que continuar, como bien le dijeron, con sus andanzas.
''y que se crucen sus caminos si tuvieran que cruzarse''
pero qué pena todo.

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