no he sido capaz de seguir escribiendo sobre ti desde que me di cuenta que era yo quien perdía si lo hacía. pero lo cierto es que perdí, y quizás siga perdiendo el tiempo entre rutina y nervios al pensarte lejos y alegre o cansada. pero siempre lejos. y ni siquiera tanto es suficiente para olvidarse una misma que existe la calma de la palma de tu mano justo en este instante -o en otro anterior- sobre otro invierno, que ya no es tuyo ni mío. ya no habrá más años iguales, ni besos que se parezcan a los que fuimos.
que me devuelvan mi verano, que yo este frío no lo quiero. ni este frío ni.
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