6 de octubre de 2014

valiente hijo de puta.


puede llamarse seguridad a eso de dejarse llevar en el momento adecuado gracias a los mapas de carretera que acumulan polvo en la guantera de tu coche, y a los carteles que te encuentras por el camino, esos que te indican en qué kilómetro tienes que desviarte. pero también puede ser que te encuentres durante el trayecto meses de frío polar, de los que te vuelven más bipolar de lo normal. y que a ellos le sigan días de sobrevivir a uno más. y que nadie sabe cuando pueden acabar, pero todos esperamos que sea pronto. miedo a perder algo que finalmente perderás. algo que no recordarás bien qué podría haber sido porque nunca lo dejaste ser. y llega el invierno y su frío anclado al cogote. y la oscuridad te borra las indicaciones y la salida que tenías que haber cogido.
cuando el tiempo y la memoria hacen de las suyas desvaneciéndote los recuerdos de tu cabeza, ahí está el corazón, valiente hijo de puta, volviendo a sobrevivir a esa guerra una vez más.

qué raro son los inviernos que están por llegar.
y todo por un puto cartel a oscuras.

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