29 de septiembre de 2014

eco.



a este lado del camino
la vida es demasiado cobarde. 
he empezado a acumular cenizas donde antes había noches
Me he curado las heridas con alcohol 96, 
del que escuece e irrita.
y ni siquiera las palabras de otra gente, ni los sonidos de nuevas
canciones
me sacan del pensarte.
el rumor de las no despedidas recorre mis arterias, 
y dudo y recuerdo
y dudo 
e imagino. 
hace bastante tiempo que me cuesta acostumbrarme 
a este ruido de cabinas, 
y la nada que intuyo al asomarme por el cristal.
el miedo acojonante de no saber el destino de este puto viaje. 
y me veo en un trayecto
a 2700 kilometros del suelo,
con todo el pánico
en la sangre 
y con incertidumbre en las pestañas.
los aviones saben donde tienen que aterrizar 
porque las luces se lo indican.
pero mi aeropuerto de destino 
hace tiempo cerró sus puertas 
olvidándose de que yo llegaba. 
y aquí sigo,
con cuatro diazepam recorriéndome el cuerpo 
y el eco de tu nueva vida
anclado en mi cabeza.

eco.

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