1 de febrero de 2014

tengo en mi vida un punto de encuentro, por si coincide que me pierdo. solían ser los domingos románticos, que pronto dejaron paso a los melancólicos. y hoy, mi punto de encuentro ha comenzado a pretiempo, de madrugada. ya entrada la noche he notado como se recreaba debajo del esternón -a mano izquierda- el sentimiento de nostalgia. se me venían a la cabeza recuerdos de frío y mantas y conversaciones del sofá a la mesa, y de la mesa al sofá-cama. con tu portátil de fondo y el móvil, afortunadamente, apagado. tus lunares como denominador común e indispensable de mis domingos, sobre todo de mis domingos. y también del invierno.

y hablando del invierno, creo que aún me debes un polvo, un hacer el amor, una explicación
o, quizás,
una buena excusa.

ya estoy preparada.

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