3 de marzo de 2013



puedo hablarte de mi tierra, de mi mar y de todos los miradores que existen subiendo montes y que la gente va para contarse los secretos. aquí puedes respirar el olor a salitre, y mojarte toda la cara sin que te escuezan los ojos. podemos incluso escribir nuestros nombres con los dedos en la arena y esperar a que la orilla los borre. te puedo hablar de cómo suena una guitarra andaluza o de cómo es nuestro humor, pero imagino que eso ya lo sabes. además podría enseñarte callejones por los que nunca he pasado y descubrir nuevos lugares, de esos que yo digo que tienen mucho rollo.

yo te puedo dar mi mundo a largo plazo
y a corto un trago de vino.

2 comentarios:

  1. No sé cómo puede haber gente que vive junto a una estación de ferrocarril, y es capaz de dormir con el ruido de los trenes. Mejor dicho, si lo sé: porque el ser humano tiene una capacidad muy grande de habituarse a todo.
    No quiero que el paso del tiempo me haga ver tus cosas, mi Malaga querida, con los ojos cansados de un funcionario.
    Que todo me sepa siempre a nuevo, y con aire de urgencia! Cómo al joven médico, que han puesto de guardia para atender las ambulancias que llegan, así quiere ir mi corazón, de sobresalto en sobresalto, siempre aprendiendo de ti, mi ciudad encantada.

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  2. Te lo dedico especialmente, porque este último tuyo es el mejor que te he leído

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