12 de enero de 2013

he dejado de esperar cosas sentada en la cocina bebiendo un tazón de café hasta arriba. me he levantado de la cama por la mañana con el pie izquierdo, y la verdad, no me ha ido del todo mal. las reflexiones a estas alturas están de más, y para mí las cosas de más siempre han estado de más. a veces la gente espera cosas de una misma, más cosas de las que tú misma esperas. y de pronto ocurre. ocurre que, después de tirarte toda una tarde mirando el fondo de la taza de café, te das cuenta que llevas más de mil milésimas de segundos esperando, intacta, a que pase algo. y no eres consciente de que lo único que pasa es la vida. a los problemas se les planta la cara, las manos y el corazón. y hoy mi cuerpo entero está haciendo el esfuerzo más grande de toda Italia por mirar más allá de la taza de café. que a mí el café siempre me ha revuelto las tripas.

al buen tiempo, buena cara
-qué mínimo-.

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