1 de diciembre de 2012


¿sabes qué? hoy es uno de esos días en los que me habría sentado a tu lado para desahogarme y explicarte los cinco días de pesadillas que llevo, para contarte que aquí también existen atardeceres preciosos, que me encanta la leche parzialmente scremato con tres de azúcar, que no aguanto la niebla que me hiela los huesos a las seis de la mañana y que el calor de tu sonrisa en las fotos es lo que me alegra la mayor parte de mis últimos días (aunque esto no lo sabe nadie). 
pero no, creo que hoy tampoco es el día, porque yo ya he perdido la práctica del hacerte sonreír, y tú... y tú sigues sin estar aquí para contarte todo esto.

no puedes pensar en querer querer, porque eso así nunca funciona.
nunca.

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