31 de diciembre de 2012

porque este año ha estado lleno de finales, y ni siquiera el que acababa con el mundo lo ha conseguido. este año sonaba a futuro lejano, y a veces me recordaba cosas del pasado, pero prácticamente se ha convertido en un presente, con alegría y con tristeza. en algunas ocasiones con ganas, con mordiscos, e incluso, con ansias. este año ha sabido cerrar algunas puertas que quedaron abiertas, y abrir de par en par ventanas por donde se ha colado el salitre y el mar. y las sonrisas que venían después, en cada curva. el correr hasta la orilla y ahogarte en espuma. y después vinieron las tormentas de verano y el olor a humo con frambuesa. y los conciertos que nos salvaron la vida y nos regalaron algún que otro reencuentro. y los aeropuertos que siempre están ahí y que esta vez era yo quien huía. los caminos que hemos dejado en un corazón que sube cuestas y que baja calles con casas pintadas de colores rosa y naranja. el idioma que aún no conseguimos dominar, y que jugamos a descifrar cada día. el volar por todo el mundo y aparecer en tu cama. el echarte más de menos que de más.

porque este año me ha hecho sentir lo mismo que cuando subo a un avión. el vértigo, el cogerle la mano al primer desconocido y fiarme de él, los nervios, y la satisfacción de llegar a cualquier otra parte.

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