28 de noviembre de 2012


te levantas un día y eso que no esperabas llega, así, sin más. nadie te avisó de nada, tú lo vas viendo venir. como las visitas de los aviones a ciudades desconocidas por culpa del temporal. como las tormentas de verano, las de finales de julio. pero tú estás tan cegada que te da lo mismo que te llueva. y luego te mojas, y te cala el corazón. te mojas y lloras. porque ha llegado la tormenta de otoño que no esperabas y resulta que tú te dejaste el paraguas olvidado en la mochila el fin de semana de Granada.


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