26 de octubre de 2011

retumba en mis oídos el sonido del cristal contra la pared. los vidrios saliendo en todos ángulos, flotando hetéreos en busca de mis ojos y mi piel. perforando el eco de mi garganta y sobrepasando el timbre de mi voz. y tú a lo lejos, riendo sin ganas pero con fuerza. atravieso la habitación dejándome llevar por la corriente que has abierto. ya casi ni consigo distinguirte entre tanto rojo.
al final tengo que reconocer que llevabas razón; yo soy la que he acabado empapada, y no precisamente de placer.

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