7 de septiembre de 2011

nunca me había parecido tan romántico el olor a asfalto quemado. y el dejarte llevar por las señales. tu mano agarrándome fuerte y yo apretando tus dedos en cada curva. los bolsillos vacíos, una cesta con dos toallas de rayas verde y azul y un gorro a conjunto con tu nuevo pareo. la cámara de fotos olvidada en casa y un bocadillo guardado en la guantera (acorralado por 29 discos). y de fondo dance with somebody. perdernos en esas playas kilométricas y olvidarte del tiempo, de la gente y del calor. querer volar alto y no saber levantar más de tres palmos de la arena. caer desplomada con las mismas ganas que se tira una cría por el tobogán nuevo del parque.

y una infinidad de cosas que, por miedo a romper la magia, me las reservaré en secreto para nuestro nuevo encuentro - con salitre y algún que otro beso -

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