3 de septiembre de 2011


no sé si te has dado cuenta, pero ya no eres esa niña adolescente que antes eras, cuando te conocí. has llenado tu cuerpo de rock, y has cambiado tus tenis por tacones negros. ahora pisas más fuerte por donde pasas, y a veces pasas sin mirar por donde pisas. has aprendido a llevar escote y a enseñar ese lunar que antes escondías. te alborotas el pelo si me ves y te revuelves entre pinturas y maquillaje.
ya no te escondes debajo de las sábanas cuando duermes, ni te asusta la gente. no nos tocamos las manos en un café del centro, ahora prefieres acariciarme la cara con cuidado. tampoco agachas la mirada cuando pasas cerca de mi lado. ahora tus ojos apuntan hacia el techo, y se pierden entre el blanco de la habitación. has tirado por la ventanilla de atrás del coche el plástico transparente que envolvía tu corazón, y se lo ha llevado el viento al soplar. tampoco eres la chica del último vagón que escuchaba canciones en inglés. ni la joven de la puerta del metro que tocaba la guitarra. y ni mucho menos eres una más de las que se quedaban dormidas hasta la penúltima parada.
las estalactitas de tus ojos hace tiempo que cayeron empicadas al suelo, rompiéndose en pedazos. ya no hay capa de hielo que envuelva tu mirada, ni filtro azul que tiña tus fotos. las películas de miedo ahora te dan menos miedo, y las de amor ni te erizan la piel. ahora peinas los enredos con besos y cierras la puerta de un portazo.


si con el verano se ha ido tu habilidad de nadar, no sé cómo harás para no ahogarte cuando llores.

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